Oh Jubilación! Gran incertidumbre que planeas como una negra ave sobre nuestro futuro, mientras pensamos en todos los gastos que nos esperan por el camino: universidad de los hijos, cambio de vivienda, cambio de vehículo, etc…

La generación de los cuarentones de hoy en día ya tenemos claro que quizás no corramos con la suerte de la generación anterior, que tuvieron ocasión de jubilarse a edades razonables, cobrando mejores o peores pensiones. Esa generación que partió de la nada y consiguió prosperar y obtener incluso unos ahorros que les sirvieron de complemento de jubilación, o incluso como apoyo económico a descendientes.

Y es que hoy en día hablar de jubilación es hablar de un futuro precario, una situación incierta en la que vale más no pensar. Hace unos pocos años la planificación de la jubilación pasaba por los planes de pensiones. Pero el sector bancario nos defraudó tanto, que ya no se contempla como una solución. El diferimiento de impuestos tampoco es algo que consideremos atractivo, pues a nadie le hace gracia que te puedan llegar a succionar hasta un 45% de los ahorros de tu vida cuando rescatas el plan.

Hasta aquí llegamos en una reflexión de desesperación donde la solución parece complicada… pero no lo es.

El ahora tan temido plan de pensiones puede ser un buen instrumento de planificación, cuando se reúnen varios requisitos, entre ellos, simplificando:

1- Velar de forma contínua por que la inversión de tu capital se rentabilice y tenga una correcta proyección de rentabilidad a futuro

2- Realizar un análisis de tus declaraciones de IRPF anteriores, para ver si fiscalmente te es útil, o no, deducirte aportaciones a un plan de pensiones

3- Contemplar igualmente la posibilidad de que el resultado de tu declaración se «recicle» en aportaciones, para así auto-alimentar tu plan sin que te cueste ningún esfuerzo económico. Siempre y cuando, una vez más, te sea fiscalmente ventajoso realizar aportaciones a un plan.

Así pues, llegamos a la conclusión de que los planes de pensiones tienen sus ventajas e inconvenientes, pero que lo más importante es personalizar y analizar fiscalmente esta estrategia.

Pero pensar en el futuro no es sólo planificar la jubilación, entre el punto temporal del que partimos ahora y la fecha en la que nos jubilemos, nuestras necesidades financieras también pueden planificarse, ya que probablemente sufriremos algún evento familiar que tengamos que hacer frente con unos ahorros, si no queremos tirar de préstamos.

Para ello aquí también es aconsejable acudir a nuestro corredor de seguros, pues las compañías aseguradoras están proponiendo ahora mismo productos de ahorro con más rentabilidad y con otras ventajas fiscales adicionales en impuestos de sucesiones.

En conclusión, si te interesa este análisis, te invitamos a ponerte en contacto con nosotros para realizar un estudio individualizado y diseñar contigo una estrategia fiscalmente atractiva.

Ahora es el momento, hazlo ya!

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