Lingotes de oro

Oro: ¿Cómo atenuar el riesgo monetario con este elemento de diversificación patrimonial?

Han existido en la historia diferentes Sistemas Monetarios, y el oro es la única moneda que ha sobrevivido (junto con la plata), a todos ellos, desde hace miles de años.

El Sistema Monetario Internacional vigente es el resultado del fracaso del anterior, denominado de “Bretton Woods”, en el año 1971 (tan discreto que nadie se enteró del verdadero alcance de su colapso), y está basado en la emisión sin límite de dinero nuevo, cuyo único valor real es la capacidad del receptor (deudor), de devolverlo junto con sus intereses o, en el caso de la Deuda Pública, al menos los intereses si se va renovando la deuda hasta la eternidad, con el consiguiente riesgo de un incremento de los tipos de interés en las sucesivas renovaciones, que pueden provocar la incapacidad de pagar también los intereses, un seguido de insolvencias y un nuevo colapso del propio Sistema, como el de 2008, de alcance imprevisible.

También se puede producir una situación de suspensión del pago de la Deuda si el deudor no consigue renovarla a causa del nulo interés por parte de los financiadores u otros inversores en comprar las nuevas emisiones, a partir de las dudas sobre la liquidez o la solvencia del propio deudor.

El Organismo regulador, que vela por la estabilidad del Sistema es el Banco Emisor (el Banco Central Europeo en el caso de la UEM), que es una Entidad privada, perteneciente al Sistema bancario y no sujeto a control democrático, lo que hace comprensible el que no preste directamente a los Estados, sino a los bancos, para que estos especulen y hagan negocio cuando compran la Deuda Pública, aplicando unos márgenes en los tipos de interés y vendiendo esta deuda a los diferentes Fondos de Inversión y de Pensiones, aplicando las correspondientes comisiones.

En realidad, el Sistema ya quebró el año 2008, y, después de una serie de peripecias que intentaban reanimarlo, acertaron en un tratamiento que lo ha mantenido hasta hoy mismo, administrándole en vena ingentes cantidades de dinero nuevo, convertidas en deudas públicas y privadas, ya imposibles de devolver a menos que se produzca una fuerte inflación que las vacíe de valor o se “Resetee” todo el Sistema y se parta de cero con una nueva moneda. De forma adicional, al Eurosistema se le dio un tratamiento psicológico, consistente en una frase; “Haremos todo lo que sea necesario para salvaguardarlo” y el paciente se mantiene rodeado de tubos, gráficos, encuestas, estadísticas y previsiones sobre la economía y sobre el enfermo, fuertemente relacionados.

El tratamiento psicológico no era para el enfermo, sino para la economía y la sociedad, que debía convencerse de que aquel gozaba de buena salud, y esto es así porque todo el Sistema se basa únicamente en la confianza, y se puede mantener durante todo el tiempo en que persista esta confianza.

Así, el Banco Central Europeo, y las diferentes Entidades que forman el Sistema Monetario Internacional disponen de medios para mantener las monedas funcionando con normalidad; Lo que ya no se puede asegurar es si el interés que los mueve es el mismo de la gente, teniendo en cuenta que en las crisis existe un reducido grupo de ganadores muy influyentes y una enorme masa de perdedores indefensos, y si no sería una buena idea el que nosotros (la gente), tomáramos algunas precauciones, incluyendo una parte de oro-metal en la composición de nuestro patrimonio (he leído a varios expertos partidarios de no superar el 10% del total).

Atenuar la incertidumbre es la principal razón, y contar con un activo anti-cíclico y que se revaloriza cuando todos los demás activos pierden valor, que pueda servir como reserva de valor y como moneda de intercambio en casos como los vividos en Argentina y Chipre con el consiguiente “Corralito”, donde los bancos cerraron la puerta y las tarjetas dejaron de funcionar y, más breve, en Grecia, puede ser la solución temporal.

¿Porqué el oro como inversión?

El oro se cotiza en mercados oficiales y sus oscilaciones son una señal de la confianza en el resto de activos y en las diferentes monedas, en sentido inverso: Hasta 1971, una onza cotizaba a 35 dólares; Fue subiendo y se estabilizó alrededor de los 300 dólares hasta que, como consecuencia de la crisis de 2008 llegó a rozar los 1.800 dólares.

Estabilizado el Sistema, volvió la confianza y la cotización del oro se ha ido estabilizando en el entorno de los 1.200 dólares, a la espera del próximo episodio de inestabilidad.

Se puede adquirir en lingotes y en monedas, de diferentes tamaños, marcas y calidades, siendo habitual el metal de una pureza del 99,999%.

Existen las monedas de curso legal de oro en diferentes países, en los que se combina el valor monetario, el numismático y el del metal, de diferente pureza para hecerlas más resisntentes a la erosión.

También en certificados, de los que no me voy a ocupar aquí.

Hay diferentes empresas que ofrecen la venta, la re-compra y el envío al domicilio del comprador o la custodia en sus cajas fuertes, en España o en otro país, como es el caso de Lingoro o AuCoffre.

Entre otras dudas que puedan surgir, es importante informarse sobre:

  • Forma, peso, pureza y marca del metal
  • Presentación y protección contra la erosión
  • Mercado donde se cotiza
  • Margen aplicado sobre la cotización del mercado del oro en la compra y en una hipotética venta posterior
  • Gastos adicionales
  • Seguros, en el supuesto de custodia y/o envío
  • Solvencia y garantías de la empresa

Artículo facilitado por Josep Toló Pallás

× ¿Te podemos ayudar?